He llegado a la conclusión de que no estamos comprendiendo y
aunque “entendemos el mensaje” no lo asimilamos o quizá simplemente no lo
queremos procesar.
Es la ignorancia tal vez. Se confunde el mensajero con el
mensaje. Yo no voy a comer tal comida, yo voy a tal lugar a comer; no es tu
polo feo, es que quizá le faltan las tres rayitas o el check que denote tu
clisè; la música tiene otro filling a unos kilómetros de la urbe.
Eso es. Un pensamiento irrisorio, vano, trivial que se
expande día a día.
Mi dictamen: Dejamos de vivir para dar a conocer nuestra
baja autoestima a cambio de unos “likes”, banalizamos la cultura, votamos por una
obra de cemento en vez de educación para edificar. En conclusión: somos frívolos
y gregarios.
Y luego nos gobernará aquel que nos encandile, así como nos
gusta…
Una vez más.