domingo, 26 de julio de 2015

Fin

Debí matarlo,pero no lo hice. Hoy muere y parte de mi muere con él.

Dear Gordo Renegón: 

He decido matarte, y aunque una parte de mi muera, es necesario.
Fuiste mi àlter ego, mi sucio diario, amigo imaginario, mis ideas anarkocomunistaanticapitalistavivaelproletarioyabajolosseñoresfeudalesquemechupenunhuevo.

Gracias gordito por ser mi ficción, mi hígado y lado malévolo; mis risas, llantos y lamentos.
Te dejo porque ya no soy o ya no eres, porque soy un cúmulo de problemas filosóficos, porque estoy mirando este frasco de pastillas y solo quiero dormir; pero la canción que suena en estos momentos me deja colgado y para variar comienzo a soñar.

Me despido de ti y de todos los que se tomaron el tiempo de leerme.

¡No voy a llorar! 

Te dejo porque ya no eres, fuiste o fui; porque exististe o porque existí, pero ya no.
Te digo adiós con nostalgia.

Me voy.
Te vas.
Con el corazón latiendo en mi mano y enamoradìsimo de alguien que ya no existe, aunque la vea cada vez que llene mis hojas en blanco.
Desapareces.
Cuando las letras tardan en escribirse.
En el momento preciso de ser o no ser.

Punto final.
Adiós.

 Lima, un día frió como la mierda, escuchando Creed y pensando en la inmortalidad del mosquito.

lunes, 16 de marzo de 2015

Conclusión

He llegado a la conclusión de que no estamos comprendiendo y aunque “entendemos el mensaje” no lo asimilamos o quizá simplemente no lo queremos procesar.

Es la ignorancia tal vez. Se confunde el mensajero con el mensaje. Yo no voy a comer tal comida, yo voy a tal lugar a comer; no es tu polo feo, es que quizá le faltan las tres rayitas o el check que denote tu clisè; la música tiene otro filling a unos kilómetros de la urbe.

Eso es. Un pensamiento irrisorio, vano, trivial que se expande día a día.

Mi dictamen: Dejamos de vivir para dar a conocer nuestra baja autoestima a cambio de unos “likes”, banalizamos la cultura, votamos por una obra de cemento en vez de educación para edificar. En conclusión: somos frívolos y gregarios.

Y luego nos gobernará aquel que nos encandile, así como nos gusta…

Una vez más.